domingo, 22 de agosto de 2010
16:51 | 
Publicado por
Carlos Andreu
El Barcelona consiguió su noveno título de la Supercopa de España tras imponerse 4 a 0 a un desdibujado Sevilla en el Nou Camp. El partido de ida acabó con un rotundo 3 a 1 a favor de los andaluces quien, acusaron la derrota el pasado Martes en la previa de la Champions League en el campo del Sporting de Braga.
Los goles culés fueron conseguidos por Konko en propia puerta y por un espectacular Messi, rubricando un hattrick en el primer partido oficial de la temporada.
Guardiola optó por dar juego a cinco de sus recientes campeones del Mundo a pesar de no encontrarse en óptimas condiciones. Debutaron Valdés, Piqué, Xavi, Busquets y Pedro. Tuvieron su oportunidad desde el banquillo Iniesta y Villa, quien jugó sus primeros minutos como blaugrana.
El Sevilla optó por reservar algunas piezas de cara al trascendental partido de la semana que viene, donde pone en juego su presencia en la competición más importante de Europa, la Champions League.
Pero si tenemos que hablar del partido de ayer, lo debemos hacer inevitablemente de Messi. El jugador argentino, desbordante en todas y cada una de sus intervenciones, trajo de cabeza a toda la defensa sevillista. Su movilidad y libertad de movimiento, por la derecha, en la punta de ataque y entre líneas, eran sinónimo de peligro y verticalidad. Dio la sensación de que Messi estaba en otro nivel.
Messi destacó por sus individualidades, pero no sería justo desmerecer el trabajo del resto de sus compañeros. El Barcelona en general realizó un partido muy completo, de principio a fin, dominando todos y cada uno de los aspectos del partido. El control del juego, como es habitual en los partidos de los culés, fue totalmente suyo. Xavi, maestro en el control del juego, realizó un partido soberbio. Suyo fue el pase en profundidad del segundo gol. Fue una jugada de tiralíneas, viendo cómo el astro argentino le tiraba el desmarque, Xavi, con un sutil pase, colocó el esférico allí donde Messi le indicaba.
Villa fue el otro protagonista de la noche gracias a su debut como jugador azulgrana. Jugó 31 minutos y dejó claro que, la adaptación, no será un problema. Se le vio suelto, dinámico y vertical. De inicio jugó pegado a la banda izquierda donde buscaba el desmarque y las jugadas con sus compañeros. Pero l tendencia natural de Villa es el remate, y sus intenciones siempre fueron pisar en área en busca del remate y el gol. De hecho tuvo un par de ocasiones para anotar el tanto, pero Palop las desbarató.
Primer título de la temporada para el Barcelona y lo que es más importante, aviso a todos aquellos que pensaban que el equipo culé no estaba fino.
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